viernes, 4 de enero de 2019

Transformación de un paisaje industrial: el ejemplo de la refinería de Tarragona



Los documentos objeto de comentario se corresponden con dos fotografías aéreas (Figs. 2 y 3) en las que se puede observar la refinería de Tarragona en 1966 y en la actualidad. En el caso de la Fig. 3, los elementos humanos (empresa industrial, vías) destacan por encima de los naturales (matorral mediterráneo) observados en la Fig. 2, ya que se trata de un paisaje localizado en la costa mediterránea en plena transformación urbana e industrial que acabará con los cultivos y el hábitat tradicional.

En el caso de este espacio, los factores que determinan la localización de la industria son mayoritariamente humanos y políticos. En primer lugar, el hecho de que las instalaciones se sitúen en la costa se explica por la necesidad de que éstas sean accesibles a los petroleros que las abastecen por mar, llegados desde áreas productivas del exterior, principalmente México, Nigeria y Oriente Medio. En segundo lugar, este tipo de industria puede acceder a abundante mano de obra como resultado de la concentración de población en el litoral desde el siglo XVIII. En tercer lugar, la acción del Estado y de otras administraciones ha contribuido, desde la época del Desarrollismo, a llevar la industrialización a diversas áreas del territorio peninsular. En cuarto lugar, su localización privilegiada en la denominada “Y” española (Valle del Ebro, Litoral Mediterráneo), donde se concentra la mayor cantidad de actividades industriales, contribuye a dinamizar el sector. Por último, la presencia de capital en una región económicamente desarrollada como Cataluña facilita la creación de este tipo de instalaciones.

En cuanto a la transformación de este espacio, el complejo de la refinería de Tarragona ha evolucionado significativamente en los últimos cincuenta años como resultado del desarrollo de una economía de escala, que integra empresas complementarias e implica la ampliación de las instalaciones. Así, el cambio de los usos del suelo ha provocado la desaparición de la mayor parte del espacio agrario preexistente; la ampliación de las instalaciones ha derivado en el aumento del consumo energético y la contaminación atmosférica, lumínica y marítima, con el consiguiente perjuicio para los residentes y los ecosistemas. Asimismo, la dependencia de las importaciones de materias primas y fuentes de energía reflejada en ambas imágenes se suma a otros problemas estructurales de la industria en España como la relativa pequeña dimensión de las empresas que provoca el encarecimiento de los productos y la reducción de su capacidad de competencia; la exigua inversión en I+D (menos del 1% del PIB) y, sobre todo, los fuertes desequilibrios territoriales que generan una diferenciación entre áreas industriales desarrolladas (Barcelona, Madrid), áreas industriales en expansión (Bajo Llobregat, orilla izquierda de la ría del Nervión, Sur de Madrid, Valle del Ebro, Litoral Mediterráneo), áreas industriales en declive (Asturias, Cantabria, Galicia, País Vasco), y áreas de industrialización inducida (Andalucía, Aragón, Castilla y León), aislada (Zaragoza, Valladolid, Burgos, Sevilla, Cádiz, Huelva) y escasa (Baleares, Canarias, Castilla-La Mancha, Extremadura).

BIBLIOGRAFÍA

AGUILERA ARILLA, M. J. ET AL. (2010): Geografía General II: Geografía Humana, Madrid, UNED.
AGUILERA ARILLA, M. J. ET AL. (1992): Ejercicio prácticos de Geografía Humana, Madrid, UNED
GEORGE, P. (DIR.) (1991): Diccionario Akal de Geografía, Madrid, Akal
GIL OLCINA, A. ET GÓMEZ MENDOZA, J. (2001): Geografía de España, Barcelona, Ariel.

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